viernes, 26 de junio de 2015

La rebelión de los Chancas

 






Los Chancas eran, al igual que los incas, un grupo étnico. Se establecieron en Ayacucho, Huancavelica, parte de Junín y Apurimac. Los chancas, estaban divididos en dos grupos, los Uran Chancas (los de abajo) y los Hanan Chancas (los de arriba), los cuales, poseían diferencias únicas y marcadas: [1] Los Hanan chancas, quienes luego serían llamado “Reino de Parkos”, se enfrentaron contra los quechuas cusqueños; y los Uran Chancas, quienes se sometieron voluntariamente a los cusqueños, por lo que no fueron destruidos o trasladados, forzosamente, a otros territorios, es decir, convertirse en mitmakunas. Los Hanan Chancas se ubicaron entre los ríos “Ancoyaco” (actual Mantaro), Pampas y Pachachaca, en Apurimac. Por su parte, los Uran Chancas se asentaron en Andahuaylas. [2]

Según fuentes incaicas, la cultura chanca era un pueblo muy sanguinario al momento de pelear. Cuando tenían rehenes, les hacían cosas crueles, con el fin de intimidar al enemigo. Así, se cuenta que les hacían pequeños tajos en los dedos de los pies para luego irles arrancando la piel poco a poco.

Los chancas, como grupo étnico, desarrollaron una cultura autónoma, teniendo una variante del idioma puquina. Su capital fue Waman Karpa, en castellano “Casa del Halcón”. El líder e iniciador de los Chancas fue Uscovilca, quien hizo de su gente, un pueblo rudo. Los chancas miraron el Cusco como su meta final.[3]

La Rebelión

Mientras Viracocha gobernaba (1438 aprox. AC), los chancas, guiados, según la leyenda, por el caudillo, perteneciente a los Hanan chanca,  "Anccu Hualloc" partiendo desde Paucaray, se dividieron en tres ejércitos. El ejército se encontraba confiado, consideraban que la victoria, y posterior conquista del Cusco,  sería de ellos. [4] Anccu Hualloc reunió 40.000 hombres, rudos y sedientos de victoria, emprendiendo la conquista del Cusco. La táctica de éste caudillo era bordear la ciudad, lo que logró de manera victoriosa. Por su parte, Viracocha, en ese momento inca emperador,  era un gobernante viejo, por lo cual decidió, junto con su hijo Inca Urco, huir a la fortaleza de Chita.

Mientras los chancas rodeaban la ciudad, y el gobernante y el heredero huían, surgió el joven príncipe Cusi Yupanqui, quien decidió defender la ciudad. Cusi Yupanqui, quien luego se autoproclamaría Pachacutec, formó una resistencia en el Cusco, haciéndose de aliados, cabe señalar que muchos esperarían a ver qué grupo se veía más victorioso para unírsele. Mientras tanto, le ofreció la paz a los chancas, sin embargo, ellos rechazaron la oferta.[5]  Dada la situación, Cusi Yupanqui decide, según la narración del cronista Betanzos: “cavó  grandes hoyos, cubriéndolos con ramas para que los chancas cayeran en ellos”. Por otro lado, el sacerdote del Sol, elaboró unos bultos hechos de piedra, vestidos con ropas, con el fin de emular un ejército, esperando la señal para entrar al combate. [6]

Ésta batalla, dada en Yawarpampa o campo de sangre, inició con el aviso de unos espías cusqueños, quienes anunciaron que los chancas se estaban acercando. Según las crónicas, se cuenta que bajaban del cerro Carmenca gritando, moviendo sus armas, llevando en el cabello pequeñas trenzas y con cara pintada de rojo. [7] En su afán de llegar con rapidez a la ciudad, no notaron los hoyos y cayeron, uno a uno, en ellos. Muchos curacas, también pelearon en esta cruenta batalla. Incluso las piedras puestas por el sacerdote entraron en juego, generándose de ésta forma, la leyenda de las piedras Pururaucas. La victoria de los cusqueños se dio gracias a que Cusi Yupanqui se dirigió hacia el jefe de los chancas, matándolo y de ésta forma, desmoralizando a los guerreros chancas, quienes no hicieron más que huir.

Si bien los chancas rehicieron su ejército, les fue imposible ganar el Cusco, ya que los cusqueños contaban con varios aliados. [8]Así, los chancas fueron perseguidos y derrocados, permitiendo la expansión de los incas.  Una vez lograda la victoria, Cusi Yupanqui se dirigió hacia la fortaleza donde se escondía Viracocha, ahí, segunda tradición, el emperador debía pisar lo que el enemigo había dejado y tomar las tierras del enemigo. Viracocha no quiso hacerlo y por ello, nombró a su hijo Urco como su regente, quien era el indicado para asumir el poder.[9]
Sin embargo, Cusi no aceptó la decisión  y decidió dirigirse al Cusco. En el camino fue asaltado por soldados de su Viracocha  pero estaba preparado para el ataque. Así, llegó al Cusco sin inconvenientes. Ya en la ciudad, se autonombró emperador y cambió su nombre, según las costumbres, a Pachacutec Inca Yupanqui. Con Él se inicia el apogeo cusqueño. [10]




[1] Cfr. Purizaga 1967: 34
[2] Cfr. Purizaga 1967: 34
[3] Cfr. Purizaga 1967: 37-40
[4] Cfr. Purizaga 1967: 56
[5] Cfr. Rostworowski 2005: 211  
[6] Cfr. Porras Barrenechea 1954: 305
[7] Cfr. Porras Barrenechea 1954: 305-306
[8] Cfr. Rostworowski 1988: 72 
[9] Cfr. Porras Barrenechea 1999: 23-24
[10] Cfr. Rostworowski 1988: 35-37

 

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