«La vida con mi padre» participa del carácter de autobiografía,
memorias y reportaje Desde los primeros recuerdos infantiles, ingenuos o
dramáticamente intensos, la figura del Duce va siendo recreada, en un
difícil intento de objetividad filial. Intimidades familiares,
anécdotas, opiniones, sucesos: todo es utilizado con agilidad
periodística. Se podría decir que estas páginas son un retrato en el
tiempo, excepcional por el fondo histórico —la Italia fascista, la lucha
del Eje, primero victoriosa y luego desesperada y trágica—, por el
modelo y por la posición del autor.
Como documento histórico e íntimo,
«La vida con mi padre» interesa y apasiona Contiene datos inestimables
sobre uno de los hombres más discutidos del siglo xx: Benito Mussolini.
Sus opiniones y juicios,. algunos de los cuales parecen hoy proféticos,
resultan más impresionantes todavía escuchados en boca de su propio hijo
—casi todos recogidos de viva voz— que le acompañó en su gloria y en
muchos de sus momentos más trágicos. El dolor del hijo se trasluce a
través del tono objetivo impuesto. Paralelamente, otras importantes
figuras del Eje van desfilando: Hitler, Ribbentrop, Ciano, Goebbels…
Atentados intrigas militares, conjuras políticas, traiciones, señalan el
ascenso y la caída del Fascismo y de su creador.
Una marea de odio, al
fin, arrastra y destroza a los dos, entre las aguas turbulentas de una
época de la histeria europea contemporánea que acaba. A través del hijo;
sin embargo, el odio se transmuta en amor, en un amor exasperado del
pueblo italiano hacia el que fué su Duce —su conductor— durante veinte
años.