En mayo de 1920 apareció en la famosa
revista "The Deadborn Independent" el primer capítulo del presente
libro, titulado "El judio según su carácter y en la vida económica". El
judaismo americano quedó sin aliento al primer golpe, al verse frente a
una crítica leal, objetiva, noble y casi cariñosa del carácter judío,
presentada por una gran Revista a sus cerca de veinte mil lectores.
Luego siguieron semana tras semana otros capítulos. El número de
lectores creció extraordinariamente, excediendo "hoy" de los trescientos
mil.
Centenares de miles de personas sintieron esta hazaña
literaria como la liberación de un yugo ignominioso. De repente despertó
la conciencia de haber sido traicionados, vendidos, esclavizados. Pero
al fin, el judaismo tuvo que tomar cartas en el asunto, y desde un
principio esgrimió sus armas predilectas, a saber, desfiguración,
soborno del adversario, insidias e insultos. Ni un sólo intento de
refutación objetiva.
El autor mismo de la presente obra, el conocidísimo fabricante
de automóviles Henry Ford, dijo en el prefacio de su obra: "La cuestión
judia existe en los Estados Unidos desde hace mucho tiempo. Los judios
lo sabían, pero los americanos lo ignoraban.
La cuestión judia no se relaciona sólo con las cosas del
dominio público, tales como predominio financiero y comercial, asalto al
poder político, monopolización de todas las necesidades de la vida,
influencia arbitraria en la Prensa de un país, sino que hasta penetra en
la vida cultural de los pueblos, convirtiendosé de esta forma en
cuestión vital para las naciones.
Del vasto material de hechos, coleccionado con suma diligencia
y seleccionado críticamente, resulta con anonadora claridad, que ya no
existe país alguno en el mundo entero, cuyo desarrollo político,
económico y cultural pudiera comprender del todo, más que bajo el punto
de vista de su absoluta dependencia de un gran plan coherente del
judaismo para su predominio mundial.
Bolsa, Parlamento y Prensa son en todas partes los criaderos
del espíritu judío, sin que importe nada, que sus representantes
visibles sean judíos de raza o no."
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Es clara la perspicacia del célebre autor fabricante de los coches Ford, al ver las argucias peligrosas de los judíos por apoderarse de su tierra.
ResponderEliminarla uunion del pueblo de cada nacion los hara fuertes y libres de la s3ct4 s4t4n1c4 jud14
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