Ortega y
Gasset definió el género literario del Ensayo como “la ciencia sin la
prueba explícita”. La lectura de esta Obra nos invita a preguntarnos si
efectivamente ésta constituye un ensayo o, ante las pruebas que aporta y
lo que nos impulsa a deducir, la Obra sobrepasa éste género y nos
presenta una evidente realidad del mundo actual o Edad de Plomo. Sea
como fuere, la intención explícita de los autores no es otra que la de
abrir la conciencia a quienes potencialmente estén dotados, y de forma
general, ilustrar el motivo discordante que mantienen con la historia
oficial, que en nada se corresponde con los razonamientos ofrecidos por
el Systema.
La Obra no
hace concesiones y con un criterio propio, pero bastante objetivo, trata
de colocar a cada cual en el lugar que le corresponde. Así, en el
apartado sobre España, Franco es colocado ante la Historia como pieza
clave en la derrota militar del Eje. No en vano, su negativa a pasar al
terreno beligerante permitió a los británicos el dominio del
Mediterráneo, y la posterior invasión de Italia a mediados de 1943.
También es duramente criticada la ambivalente política exterior del
Régimen, que a partir de 1943 se iría escorando hacia el campo aliado.
Serrano reconoció que la neutralidad española beneficiaba netamente a
los aliados.
Treinta años
tolerados —el resto de la vida de Franco— en una burbuja totalitaria,
con progreso y capitulaciones, fue el pago que los vencedores, por
imposición de los usakos más pragmáticos que los británicos, dieron a
Franco no a España, por los servicios prestados a la causa
democapitalista. Como era preceptivo y forzoso, la Falange fue laminada y
diluida en la amalgama del Movimiento. Lo que aconteció después fue
exactamente lo que Franco había advertido hasta en su testamento, pero
que nunca llegó a imaginar llegaría de la mano de aquel a quien había
designado como Sucesor. El “atado y bien atado” fue el reverso de
Hendaya treinta y cinco años después.
En su
primera parte, la Obra desarrolla una comparación probatoria de que
todos los acontecimientos del siglo XX estaban ya anunciados en los
conocidos Protocolos de Sión, y en consecuencia, las guerras mundiales,
la globalización, la propaganda y el desatinado ritmo de vida son hechos
procedidos de aquellas actas, como paso obligado hacia la síntesis de
pares hostiles, filosofía que Hegel había expuesto y definido como el
único camino posible para llegar a la convergencia absoluta, al margen
de si ésta es positiva o negativa.
Queda
demostrado así (Q.E.D.) las diferentes circunstancias que se dieron en
ambos Casus Belli Mundi, pues si en 1914 fue el factor económico, en
1939 fue el factor ideológico de la nueva Weltanschauung nazi. Así
mismo, se hace una exposición de las causas que obligaron a Hitler a
aceptar la inevitable guerra impuesta y como las naciones de Europa
fueron lanzadas a la contienda mediante la propaganda y el enredo
político del gobierno británico instigado por Churchill, que a su vez
estaba respaldado por el Sheriff Roosevelt y el Shinedrio, organizadores
ambos de la guerra en el Pacífico. Lo cierto y por encima de la
eliminación del Reich, es que la Europa liberada pasó a ser una colonia
de los dos únicos vencedores que se la repartieron, sin que fuera
posible la síntesis buscada.
Las
posteriores guerras locales, fraticidas o no, por el control del mundo
repartido, el nuevo colonialismo derivado del desguace de los Imperios
británico y francés, la Guerra Fría, los disidentes, los desviados y los
desmanes del capitalismo y el comunismo, ramas ambas del mismo tronco
systémico y compañeros de viaje para la eliminación de la Bestia Parda,
son las otras cuestiones tratadas en esta parte del libro.
La segunda
parte realiza un análisis de las corrientes filosóficas que contemplan y
razonan la gobernabilidad de las naciones desarrolladas. Para ello se
eligen las figuras de Spengler, Pareto y Rousseau con sus diferentes
posturas —a veces complementarias— a la hora de examinar los problemas y
las soluciones, como el progreso, la libertad, el orden y el actual de
la inmigración. Como ejemplo, se ofrece una variante democrática, sin
partidos, que a “nadie” se le ha ocurrido proponer y que evitaría la
corrupción y dependencia financiera del sistema partitocrático.
Se cierra el
libro con una exposición del actual imperio del kaos inducido, la
globalización, el gendarme usako y unas ideas para superar la atrofia
mental que el Systema genera. Según el autor, la recuperación de los
antiguos valores tradicionales y el conocimiento de sí-mismo, principios
de la filosofía desarrollada por Platón, son imprescindibles para la
recreación del nuevo hombre y la amortiguación de la catástrofe que
constituye el final de un ciclo o deucalión hörbirgeriano. Se trata, ni
más ni menos, que evitar el no tener que partir otra vez de cero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario